Inmortalistas y sus argumentos II


LOS INMORTALISTAS Y SUS ARGUMENTOS (2)

Carlos Mondragón, uno de los miembros de la Sociedad Española de Criogenización, asegura que no hay garantías, que hasta ahora son todas especulaciones, pero que los miembros de la organización no están locos; así agrega que se trata de especulaciones razonables y que según él, las posibilidades de éxito rondan el 40%. Desde un punto de vista objetivo, muchos piensan que las convicciones de Mondragón respecto al éxito de la criogenización, no llegan al 50%, una marca que no daría lugar a demasiado optimismo.

Por su parte, el contratista multimillonario y acérrimo defensor de la criogenización, David Pizer, tiene proyectado construir entre 30 y 40 viviendas al norte de Arizona, EE.UU, destinada especialmente a la ocupación de personas que se someterán a la criogenización y serán “recuperadas de la muerte”. Pero Pizer ya ha empezado a utilizar los beneficios de la criogenización, pero no para él, sino para 3 de sus canes, a quienes ha criogenizado.

Pizer reconoce que se empezó a interesar por la criogenización simplemente porque no quiere “morir para siempre”. Ante la pregunta de por qué cree que tan poca gente decide criogenizarse, este miembro de Alcor afirma que la gente no es lo suficientemente fuerte como para afrontar el pensamiento de su propia muerte, y esta situación es la que los pone especialmente vulnerables para asumir con conciencia este hecho e intentar transformarlo.

Pizer agrega: “Si un ser humano no consigue la inmortalidad, todo lo que haga en la vida, habrá sido una pérdida de tiempo”

El Dr Jerry Lemler, Gerente de Alcor, reconoce que los criogenistas son una muestra representativa de la humanidad, por lo que no niega que tengan ciertos elementos de marginalidad; así pone como ejemplo que las raíces de la defensa de la criogenización estuvieron a cargo de un grupo de defensores de la ciencia ficción.

En este sentido, Lemler declara: “La criogenización es un gran experimento, es como ganar a la lotería; el premio es fantástico, las posibilidades son infinitas, pero si no se compra un boleto, no hay posibilidad de ganar”

En la misma línea, el Dr Michael West, presidente de Tecnología Celular Avanzada y experto en clonación de células humanas, declaró que la resucitación será posible. Argumenta que cuando el corazón se para, nuestras células siguen vivas, y sostiene que es lo mismo llevar a cabo una reanimación después de 10 minutos que de decenas de años. West dice que se siguen produciendo sucesos de personas que estuvieron muertas durante 45 minutos y que han “resucitado”, por lo que los límites en este sentido, cambian continuamente.

West concluye: “La raza humana no podrá librarse de la muerte de manera repentina, pero al igual que una niebla matinal, se irá disolviendo poco a poco, y…sucederá que poco a poco, eliminaremos la muerte de la experiencia humana.

Por su parte, el Dr Ralph Merkle, médico investigador de la Corporación Zyvex, afirma que lo que las personas llaman muerte, es en realidad “dependencia tecnológica”, y agrega que se declara muertas a personas a las que la tecnología de hoy no puede devolver la salud. Según este científico, ya se sabe que la tecnología actual no alcanza para curar determinadas enfermedades y salvar vidas, pero la pregunta fundamental es saber si la tecnología del 2100, por ejemplo, sí será eficiente frente a la cuestión del fin de la vida terrenal.

Merkle se apoya en los milagros que en un futuro se pueden lograr con una aplicación avanzada de la Nanotecnología, concebida como la tecnología llevada a niveles microscópicos; su objetivo es la manipulación individual de moléculas y de átomos, no sólo en objetos, sino también en el cuerpo humano. Para Merkle, la nanotecnología permitirá curar a los pacientes en animación suspendida; los robots microscópicos de la nanotecnología permitirá reparar y cicatrizar tejidos muertos. Como se vio a lo largo de este trabajo, no todos los tejidos del cuerpo podrán soportar el paso del tiempo, y sobre todo, la acción de la temperatura, por lo que repararlos será vital para la esperanza de reanimación.

Dentro de este grupo de científicos defensores de la criogenización, no se puede dejar de citar a uno de los pioneros de las investigaciones sobre las aplicaciones de la nanotecnología a la medicina. Se trata de Robert Freitas, quien ha escrito un extenso libro sobre la nanotecnología aplicada a la medicina, y en el que hace una apasionada defensa de la criogenización, definiéndola como la “abolición de la muerte”.

Freitas declara que la muerte natural es un “ultraje”. Durante una conferencia, Freitas ha presentado un brazo micro-robótico capaz de eliminar las bacterias de la circulación de la sangre. Como Merkle, Freitas afirma que a largo plazo, los micro-robots creados por la nanotecnología, serán capaces de curar cualquier enfermedad y de reparar un daño celular, molécula a molécula, y de esta forma, hacer realidad el sueño de resucitar a los muertos, y alterar el proceso de envejecimiento.

En el mismo sentido, Freitas sostiene que la nanotecnología aplicada a la medicina, logrará lo que él llama, “la cronoficación”, o “dar marcha atrás al reloj”. A partir de estos conceptos, Freitas pone el ejemplo: “Si uno está fisiológicamente muerto y no desea estarlo, esa vejez se convierte en una enfermedad, y por ende, merece ser curada.

A pesar de que la nanomedicina es una disciplina de futuro, actualmente se están llevando a cabo, experimentos e investigaciones relacionados con esta revolucionaria herramienta.

Tal es así, que hace unos años, el gobierno de los Estados Unidos destinó más de 400 millones de dólares a estudios referentes a la nanotecnología.

Respecto al tiempo en que la aplicación de la técnica nanotecnológica será realidad, los especialistas indican que la medida real, es la alta factibilidad de que ocurra, pero sin poder establecer un tiempo concreto. Dicha factibilidad está sustentada en el hecho de que las leyes de la física, así como permitieron al hombre llegar a la luna, también permiten la existencia de máquinas moleculares. Estos expertos consideran que las tendencias en el desarrollo de los ordenadores, sugieren que el funcionamiento nanotecnológico y nanomédico, será factible en pocas décadas.

El profesor de Astrofísica de la Universidad de California, Gregory Benford, explicó durante una ponencia, los motivos por los que tan pocas personas se someten al “tratamiento” de criogenización, y se lo atribuye a que muchos tienen miedo a la congelación porque no quieren encontrarse en un sitio nuevo y desconocido; cree que estas personas se sienten cómodas donde están y antes de entrar en un mundo de incomodidad, prefieren morir. Al referirse a los sentimientos de incredulidad frente a la criogenización que muestran muchas personas, el profesor Benford, cree que están “asustados espiritualmente”. Pese a estas posturas respecto a los crio-escépticos, Benford cree que las posibilidades de resurrección son de alrededor del 2 %, pero considera que algo es algo.

Los criogenistas como Benford, ponen como ejemplo lo que ocurre con el cerebro cuando alguien es sometido a una cirugía profunda del mismo. Recuerdan que durante la operación, el cerebro está bajo una temperatura de unos -30º bajo cero, para evitar daños. En esa situación el cerebro deja de emitir señales, está parado; sin embargo, cuando se lo vuelve a exponer a la temperatura ambiental, vuelve a funcionar y la persona continúa normalmente con su vida.

Del mismo modo, pero sin referirse específicamente al resultado final, el microbiólogo de la Cruz Roja Estadounidense, Gregory Fahy, sostiene que existen grandes posibilidades de que, tanto la estructura cerebral, como las funciones cerebrales, se mantengan intactas luego de permanecer bajo los efectos del glicerol (agente anticongelante) durante cierto tiempo. Pero como vemos, las declaraciones del médico, no hacen referencia a las opciones en cuanto al resultado final.

Otros representantes del mundo científico tienen posiciones tan escépticas como tajantes respecto a la criogenización; es el caso del David Pegg, de la Universidad Inglesa de Cambridge, quien declara: “La resurrección humana es imposible”.

Alrededor de la polémica referida a la criogenización, algunos también han abandonado el terreno de los disentimientos, para pasar al de las acusaciones y denuncias. En este contexto, no faltaron quienes culparon a los crionicistas de fraude, y de atentar contra la planificación de los gobiernos del mundo para evitar la problemática demográfica del próximo siglo. Así frente a la dureza de estas acusaciones, los miembros de las sociedades criogenicistas responden que ellos trabajan y luchan para la ampliación de la vida, y que, muy probablemente en un futuro, la humanidad tendrá nuevas políticas de natalidad, y que también es muy posible que se haya descubierto el espacio. A esto se suman las posturas más radicales por parte de los crionicistas, quienes llegaron incluso a acusar a los críticos, de colaborar y facilitar a la medicina tradicional, el abandono de los pacientes en estado crítico.

Como se puede ver, la criogenización ha abonado el terreno, más para el enfrentamiento, que para los resultados.

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