Funcionamiento de Alcor
Aunque parezca una cuestión conceptual menor, cabe destacar que los investigadores y practicantes de la criogenización, denominan “pacientes” a los cuerpos a los que criogenizan. Tal como lo explican los mismos científicos, la definición de pacientes responde al hecho de que se considera a las personas criogenizadas como personas que se encuentran temporalmente sometidas a un tratamiento, como paso previo para volver a la vida en un futuro que no se puede determinar.
Cabe destacar que la Asociación y centro de criogenización más importante del mundo, lleva el nombre de una estrella distante, símbolo de la visión infinita de la resurrección de los muertos, ALCOR.
Lo cierto es que el convencimiento de los adeptos a la criogenización es tan firme, que los socios de Alcor disponen de unas pulseras de uso permanente. Dichas pulseras contienen información hospitalaria e instructiva en caso de padecer una descompensación repentina. Este aparato es verdaderamente una alarma que suena en las instalaciones de la compañía cuando uno de sus asociados se encuentra en la situación sanitaria descripta anteriormente. Apenas suena dicha alarma, los equipos médicos de la fundación ponen en funcionamiento todo el operativo de crio-preservación y congelación. En esta instancia, el tiempo lo es todo ya que de él depende que no deje de llegar el oxígeno al cerebro de la persona bajo “muerte legal”. Según los gestores de Alcor, esta información ayudará a los socios a reaccionar con la máxima celeridad con el fin de que se empiece con el procedimiento de emergencia cuanto antes, y se evite la muerte de las células cerebrales, que como se vio, son la razón de ser de la práctica de criogenización.
Cuando el cuerpo llega a la sala de criogenización, lo primero que se inyecta al paciente son varias dosis de crio-protectores, una sustancia química llamada glicerol, que reemplaza el agua del cuerpo por este líquido, con el que se evitaría que las células del mismo se congelen. Este proceso dura aproximadamente unas 6 horas
Se sabe que los pacientes que se encuentran criogenizados de cuerpo entero, son colocados en las cámaras de nitrógeno líquido con la cabeza hacia abajo y los pies para arriba. Esto se explica porque en caso de que haya una fuga de gas o un corte eléctrico importante, bajarían los niveles de nitrógeno líquido, y los pies de la persona serían los primeros en descongelarse, protegiendo a la cabeza y al cerebro del efecto negativo que implicaría un principio de descongelación.
Cabe destacar que para los investigadores criogenistas, la cabeza es la parte prioritaria de conservación, puesto que en ella se encuentran las claves de una reanimación y “resucitación” exitosa.
En la cabeza están los componentes de la identidad personal, entre los que se encuentran la memoria y la personalidad, por lo que si hay una muerte biológica del cerebro, -lo que los criogenistas llaman “muerte técnica de información”-, las posibilidades de “recuperar” a la persona se esfuman.
Es a partir de esta consideración que las organizaciones dedicadas a investigar y llevar a cabo desde hace 30 años, los procedimientos de criogenización, ofrecen a sus pacientes la posibilidad de crio-preservar sólo la cabeza y el cerebro, que luego sería implantada, mediante técnicas avanzadas de clonación, a un nuevo cuerpo.
Administración económica de Alcor
Actualmente, los costes de las pólizas de seguros de vida a nombre de Alcor, oscilan entre los 70.000 y 140.000 dólares, pagando por adelantado. Este coste se fracciona en cuotas mensuales. La administración de Alcor asegura que la mayor parte de este dinero de los asociados, se invierta en una fundación; ésta tiene la función de garantizar que nunca falten fondos para el funcionamiento y el estricto cuidado que requieren los miembros criogenizados, aún en tiempos de crisis económica. En sus comienzos, la práctica criogenista se vio muy desacreditada socialmente, debido al escándalo público que generó el hallazgo de varios cuerpos descongelados en un cementerio de Estados Unidos, que se supo, pertenecían a personas que estaban recibiendo conservación criogénica. Debido a la falta de fondos para continuar con el procedimiento, los encargados del mismo, se vieron obligados a suspenderlo, y depositaron los cuerpos en dicho lugar anónimamente. El hecho infligió a la criogenización y a sus métodos un duro revés en la opinión pública, debilitando sobremanera la confianza en esta técnica.
Durante las varias conferencias que organiza Alcor a lo largo del año, se intenta conseguir adeptos a la causa, pero por supuesto, sin ningún método coercitivo; sólo con la palabra, los argumentos de sus defensores y desde un atril.
Todo el sistema económico diseñado por Alcor y las demás organizaciones dedicadas a la criogenización, revela la minuciosa planificación a largo plazo que “la inmortalidad” requiere.
Además, Alcor tiene su propia política de marketing; en sus oficinas e instalaciones, se exponen varias reproducciones de los termos Dewar, los mismos que se usan para suspender a los “pacientes”, pero de pequeño tamaño. Aunque no está confirmado, es posible que estos termos, no sean sólo un obsequio gratuito para los miembros de Alcor, y sea otra fuente –aunque menor-, de ingresos.