Como hemos visto hasta el momento, en todas las instancias del proceso de criogenización hay interrogantes, dudas, críticas, cuestionamientos, defensas y polémica. Lo que parece claro es que la falta de complementariedad de procesos y argumentos parecen concluir en un círculo vicioso en el que los mismos instrumentos y sustancias parecen no encajar del todo, por el mismo contrapeso de “lo que podría ocurrir si…”
La muestra más clara y fehaciente de esto, es que al emplear los crioprotectores a través del glicerol, éste puede causar daños serios en el organismo del paciente crionizado, si no está regulado y calibrado a la perfección. Veremos las dos opciones tremendamente difíciles de regular, y que, tiene a los investigadores de la criogenización entre la espada y la pared: